Sin lugar a dudas fueron casi 100 minutos de partidos, en una jornada que arranca entrado el atardecer y termino bien entrada la mañana del otro día, donde no faltó nada, y a la vez tuvo de todo.

Era una final, sumado a que se enfrentabas 2 equipos que conforman uno de los clásicos del oeste, y en los cuales sus estadios quedan separados apenas por un puñado de cuadras.

Arrancó complicada la tarde, discusiones, golpes, peleas entre allegados de ambos clubes, un entrenador visitante que quería usar la mínima artimaña para enfriar el partido, el presidente del club visitante golpeando a un colaborador local, trompadas que volaban, discusiones, los visitantes que tenían la más  que clara postura de querer jugar el partido con la desesperación y el nerviosismo del local, el cual como mínimo tenia que ganar por 2 goles si quería forzar los penales.

Después de tanta hecatombe, quedaba lo más importante, había que jugar 90 minutos con el cuchillo entre los dientes, buscar rápido un gol para no caer en la ansiedad de la gente, que al comienzo del partido ya había rebalsado el estadio, ya que no entraba un alfiler, recibiendo al equipo de manera emotiva, con fuegos artificiales, bengalas de humos, globos, papeles, una verdadera fiesta acompañando al equipo que se jugaba el ascenso nada menos que ante uno de sus clásicos rivales.

Una vez a la seguridad le dio garantías al árbitro de que se podía jugar el partido, la redonda comenzó a rodar, y fue el visitante el que contó con algunas aproximaciones, ya que el local tratando de no caer en la desesperación del reloj que corría, trataba de asegurar la tenencia de la pelota para no abusar del pelotazo, pero no lograba lastimar al golero visitante, el cual se mostraba muy seguro.

La noche avanzaba, y con ella la desesperación de todo el estadio, para colmo de males la policía no realizó un cordón entre los hinchas locales y los allegados visitantes, muchos de los cuales eran integrantes de su barra brava, y en el otro otra vez se registraron escaramuzas detrás de un arco.

Ya el segundo tiempo se jugo para el infarto, ya que Ituzaingó iba e iba, y el arquero de merlo se tiraba al piso una y otra vez, los minutos corrían con eso la desesperación de todo el estadio que veía como se escapaba el ascenso. El DT local movió el banco, y de tanto ir e ir, faltando 9 minutos el paraguayo Miranda Moreira, capturó un rebote en el área chica y puso el 1 a 0, despertando la ilusión entre todos los presentes, ya que quedaban 10 minutos en los cuales un gol del León llevaba todo a los penales.

Hay que detenerse en el minuto 93, que es el minuto clave del encuentro y de la serie, en el cual en el vigesimoquinto centro al área de Merlo, Lugli la baja   al medio del área, Miranda Moreira le pega, la pelota realiza un flipper, pega en un defensor visitante y le queda a Soria, quien solo tiene que empujarla, desatando la locura total en todo el estadio, ya que se producía el milagro, y el partido, impensado 10 minutos antes, se iba a la tanda de los penales.

Dentro de lo hermoso y dinámico que tiene este deporte llamado fútbol, el Verde, que 15 minutos antes veía como se le escapaba la chance de llegar a la B después de 19 años, ahora se encontraba mucho más entero que su rival para afrontar una infartarte tanda de penales. Arranco Merlo pateando, casi lo ataja Figueroa, luego fue el turno de Miranda Moreira que le rompió el arco a Oviedo, y en el siguiente penal Figueroa se redimió de su error en merlo norte y le atajo el penal a Coselli, luego fueron Dure y Caro quienes habían ingresado a patear los penales, quienes agrandaron la diferencia, ya que en el medio Merlo desvío otro penal, Miller Moreno le dio la chance a Lugli de liquidar la serie y el delantero que había ingresado muy bien, la colgó de un ángulo, y crease o no después de 20 años Ituzaingó volvía a ascender a la 1ra B metropolitana, después de penar muchas temporadas en la 1ra A, perder en semifinales del reducido el torneo pasado con Dock Sud, habiendo perdido el clausura por 1 gol a manos de Berazategui, hoy se da el gusto de gritar bien fuerte. Por que crease o no, después de 19 largos y eternos años, el Verde “B”olvió.

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