DESPUES DE GANARLE DOS VECES AL COVID
SE FUÉ PARA QUEDARSE Y LLEGARÁ PARA CUIDARNOS
ANTONIO CANDIA fue un hombre integro. Un esposo, padre, amigo, vecino y militante como pocos y por sobre todas las cosas con muchas cualidades.
TRABAJADOR porque siempre cumplió con sus responsabilidades con el énfasis que demandaba cada una de sus labores.
Electricista de los de antes que abrazaba su oficio con sabiduría.
Cuando ingresó a la municipalidad del viejo Morón hizo carrera desde su capacidad pero llegando desde la militancia para redoblar el esfuerzo por sus vecinos.
Luego del nacimiento de Ituzaingó brindó su capacidad profesional hasta convertirse en jefe de departamento para legar sus conocimientos a las nuevas generaciones.
La vida lo enfrentó siempre a momentos difíciles pero siempre se lo vio optimista y creyente.
Ante la desgracia de haber perdído a uno de sus hijo se refugio en la Fé en Dios abrazado por su familia y amigos y fundamentalmente por la comunidad religiosa de la Capilla de Lourdes en Villa Udaondo.
Otra batalla le libraría a su salud al tener que enfrentarse a una operación a corazón abierto ganando en el momento más salud para seguir adelante.
Tiempo despues la vista se le fue apagando pero su fuerza de voluntad le permitió comprender lo que decía su tocayo Antoine de Saint Exupéry en «El Principito»: «Lo esencial es invisible a los ojos y se ve con el Corazón».
Siguió adelante con el abrazo de sus compañeros de trabajo hasta el día de su jubilación.
MILITANTE que históricamente abrazó la causa peronista desde su amor y agradecimiento a EVITA y a PERÓN. Mi padre, su compañero de militancia, me presentó a un hombre BUENO, HUMILDE, GENEROSO, CONTENEDOR, ACOMPAÑANTE y RECONOCIDO por todos sus vecinos de Barrio Nuevo y de todo Villa Udaondo hasta propagar su bonhomía por todo Ituzaingó.
FAMILIERO por naturaleza que disfrutaba a pleno el acompañamiento de su esposa y sus tres hijos, nietos y quienes se unieron más aun cuando uno de sus hijos se fue al cielo. Fue cuando más se unieron para afrontar juntos el designio de Dios que lo llevó a su lado.
Siempre orgulloso de su familia. Creyente con una fortaleza que solo la FE puede dar.
Siempre preocupado por la realidad de nuestro pueblo. Cuando ya no pudo leer le leían, cuando ya no pudo ver bién, escuchaba y en la ultima etapa, militaba con la palabra…
Y en la recta final fue contemporáneo de las luchas bacteriológicas que azotan a la humanidad en su conjunto.
Aún con su patología de riesgo enfrentó al COVID – 19 y le ganó la primer batalla logrando el alta médica desde su casa.
Pero el enemigo volvió para atacar de nuevo y El lo volvió a enfrentar por segunda vez, sabiendo que todas las opciones eran posibles.
Aceptó internarse para intentar una vez más ganarle y lo logró pero no alcanzó para quedarse y seguir pregonando la unidad entre la gente, achicar la brecha de las diferencias entre patriotas porque soñaba con la posibilidad de salir adelante todos juntos.
Pero esta vez Dios lo quiso a su lado y seguramente que estara feliz en el reencuentro con su hijo y tambien junto a mi padre que desde el maravilloso lugar celestial que los tenga juntos, nos cuidaran para seguir acompañandonos en el camino del BIEN.
Gracias ANTONIO !!! Gracias por tus palabras optimistas de siempre. Tu gente te saluda con orgullo y te desea que en tu encuentro con Dios se cumpla tu expectativa de felicidad plena.
La Agrupación HACER POR ITUZAINGÓ lo despide con mucho cariño por tu calidez y compromiso de siempre y yo te despido con un gran abrazo emocionado como seguramente lo harán todos los compañeros, amigos y vecinos que te conocieron en tu paso por esta vida!!! Condolencias y abrazo a su familia!!! Descansa en paz!!!
Por Jorge Piccoli.